después de las mil bolsas caídas
y recaídas
y de las mil
caídas
de las
bolsas
de los chinos con las cabezas destrozadas
y del sórdido empleado devenido desempleado
después de todo lo peor
de la muerte de todos
del fin
estoy tranquilo
nadie discute que yo siga siendo tan dueño
de mi riqueza como el pobre de su miseria
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